
Visma lo intentó todo, pero el esloveno volvió a imponerse con clase
Ni el plan más agresivo de Visma | Lease a Bike, ni el desfile de escaladores, ni los esfuerzos desesperados de Jonas Vingegaard bastaron para frenar a Tadej Pogacar, quien volvió a demostrar su poderío en la montaña al imponerse en la séptima etapa del Critérium du Dauphiné 2025. El esloveno resistió todos los embates y selló una victoria más en la subida final a Valmeinier 1800, asegurando una ventaja cómoda de cara a la jornada decisiva.
Un plan ambicioso para derribar al líder
Visma tenía una consigna clara: quebrar a Pogacar en las grandes montañas alpinas. La jornada, con más de 60 kilómetros de ascenso acumulado, incluía cimas legendarias como la Col de la Madeleine y la Col de la Croix de Fer, antes de rematar en la exigente subida final. El equipo amarillo lanzó una ofensiva total desde el inicio: Victor Campenaerts abrió fuegos temprano, y luego Sepp Kuss y Matteo Jorgenson —quinto en la general— endurecieron el ritmo hasta desarmar al pelotón.
Sin embargo, UAE Emirates XRG reaccionó con precisión quirúrgica. Cortaron cada intento de fuga y controlaron a la perfección los movimientos de Visma. Aunque Kuss logró finalmente meterse en una fuga numerosa, la presencia de nombres como Santiago Buitrago, Sergio Higuita, Ben Healy, Guillaume Martin y Romain Bardet no suponía una amenaza inmediata para el liderato.
Bardet y su sueño imposible
Mientras los ataques llovían en los gigantes alpinos, Romain Bardet escribió su propia historia de resistencia. En su penúltima carrera como profesional, el francés de dsm-firmenich PostNL se lanzó con valentía, liderando la escapada en solitario. Pero el pelotón, tirado por Pavel Sivakov, no le permitió tomar más de un minuto de ventaja. El veterano rodador luchó contra la lógica y contra la carretera, pero fue atrapado justo antes de la batalla final.
Sivakov, clave en la defensa de Pogacar
Con sus compañeros rezagados, Pogacar quedó prácticamente solo, acompañado únicamente por Sivakov, quien además de apoyar tácticamente, le entregó bidones en plena ascensión. En contraste, Visma tenía cuatro corredores listos para la última ofensiva. Fue Kuss quien volvió a atacar a 13 km de meta, justo cuando Bardet era neutralizado.
La respuesta fue inmediata: Sivakov lo controló, y Pogacar, sin esperar a nadie, lanzó su ataque decisivo a 12 km del final. Vingegaard intentó seguirlo, pero pronto se vio obligado a ceder.
Una batalla de segundos, no de minutos
Pese a lo explosivo de su arranque, Pogacar no logró una diferencia abrumadora. Durante varios kilómetros, su ventaja sobre Vingegaard se mantuvo entre 15 y 25 segundos, obligándolo a mantener el ritmo hasta la línea de meta. Por detrás, Florian Lipowitz se consolidaba como tercero del día, mientras Evenepoel apenas recuperaba sensaciones.
Finalmente, Pogacar cruzó la meta con 14 segundos de ventaja sobre Vingegaard, sellando así su segundo triunfo consecutivo y consolidando su liderato en la general. Aunque no fue una victoria arrasadora, sí fue una declaración de fortaleza, y de que ni una emboscada bien orquestada puede con el campeón del mundo.
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