
Un ataque tras otro: una etapa para valientes
La octava etapa del Giro d’Italia 2025 fue todo menos tranquila. Un recorrido de 197 km entre Giulianova y Castelraimondo, plagado de montañas y repechos brutales, desató la locura entre los corredores. La jornada comenzó con embestidas incesantes desde el banderazo de salida. Wout van Aert y Mads Pedersen animaron los primeros kilómetros, protagonizando escapadas y luchando incluso por las metas intermedias.
Los intentos por consolidar una fuga fueron continuos. Entre los atacantes más persistentes destacaron Wilco Kelderman y su compañero Dylan van Baarle, quienes no cesaron hasta integrar un grupo de veinte corredores que finalmente logró distanciarse del pelotón.
Tres puertos exigentes y una fuga explosiva
Con la Croce di Casale, el Valico di Santa Maria Madalena y el Montelago en el perfil, la etapa estaba hecha para los escaladores y los estrategas. Fue precisamente en estas rampas donde el grupo cabecero comenzó a deshacerse. Lorenzo Fortunato y Romain Bardet lideraron en los ascensos, mientras que Luke Plapp, aparentemente en estado de gracia, conectó en el momento justo y lanzó su ofensiva definitiva tras coronar Montelago.
El momento de Plapp y la resistencia de Kelderman
Cuando se redujo la ventaja de los escapados, Plapp no dudó. Atacó con decisión y se marchó solo. Su pedalada firme le permitió ampliar la diferencia a más de un minuto, neutralizando cualquier intento de persecución. Kelderman, luchador incansable durante toda la jornada, volvió a la carga con Ulissi e incluso soltaron a Arrieta en los últimos kilómetros, pero era tarde para dar caza al australiano.
Luke Plapp conquistó así su primera victoria en una gran vuelta, cruzando la meta en solitario. “Fue una etapa increíblemente dura, pero sentía que tenía piernas para algo especial”, habría podido decir, aunque el silencio de su gesto en la línea de meta lo dijo todo.
Ulissi se viste de rosa tras dura batalla
La tensión no terminó con el vencedor de la etapa. Diego Ulissi, tercero del día, consiguió el gran premio colateral: la maglia rosa. “Es una emoción enorme, no imaginé que hoy podría liderar el Giro. Es un sueño”, declaró tras confirmarse su ventaja de 15 segundos sobre Primoz Roglic. El esloveno, por su parte, cedió terreno también ante Juan Ayuso, quien lanzó un sprint fulminante para rascar una bonificación mínima pero estratégica.
La clasificación general ahora está al rojo vivo, y el Giro promete emociones aún mayores en las próximas etapas.
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