
Una victoria para romper la mala racha
Maxim Van Gils, ciclista belga del equipo Red Bull-BORA-hansgrohe, saboreó por fin un merecido momento de gloria al imponerse en la tercera etapa del Tour of Norway. Tras un arranque de temporada complicado, la sonrisa regresó al rostro del joven corredor en la línea de meta.
Un susto tras la alegría
Sin embargo, la alegría no estuvo exenta de sobresaltos. Mientras celebraba su triunfo con el característico gesto de victoria, Van Gils perdió el control de su bicicleta y acabó cayendo al suelo. Por poco, Matthew Brennan —segundo clasificado de la etapa— logró esquivar al belga y evitar un accidente mayor. Por fortuna, la caída solo quedó en un susto, y poco después Van Gils ya atendía a la prensa con un semblante alegre.
Un año difícil para el belga
Van Gils no ocultó la importancia de este éxito tras varios meses difíciles. “Ik had tot nog toe echt een shitseizoen”, confesó en la entrevista flash posterior a la etapa. Su año comenzó de forma prometedora con una victoria parcial en la Ruta del Sol, pero la suerte pronto se le torció: enfermedades y caídas lo apartaron de las clásicas de las Ardenas.
La motivación nunca decayó
A pesar de los obstáculos, Van Gils nunca perdió la motivación. “Op training ging het steeds goed, maar in de koers kreeg ik dan weer tegenslag”, comentó, explicando cómo los entrenamientos salían bien, pero las carreras traían nuevos problemas. Llegó a Noruega con ganas de revancha, aunque la primera etapa lo vio nuevamente en el suelo por una caída en los abanicos. El viernes, sin embargo, las cosas ya empezaban a mejorar, y el sábado pudo rematar su esfuerzo con la victoria.
Una sonrisa de alivio
La imagen final fue la de un Van Gils sonriente, feliz de haber dejado atrás sus fantasmas. Su triunfo en Noruega le permite mirar con optimismo al futuro, demostrando que la constancia y la fe en uno mismo siempre dan frutos.
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