
Iván Romeo conquista la etapa reina del Critérium
En la tercera etapa del Critérium du Dauphiné, Iván Romeo se llevó todos los focos tras un ataque certero en el final que lo catapultó a la victoria. El español, parte de un sólido grupo de fugados, supo escoger el instante perfecto para lanzar su ofensiva en solitario y alzarse como el héroe del día.
Una jornada repleta de trampas para velocistas y escaladores
La etapa, de 207,2 kilómetros entre Brioude y Charantonnay, comenzó de forma trepidante con la Côte de Cornille y la Côte de la Barbate en el menú. Más adelante, los corredores afrontaron la Côte de Malataverne y el Col du Tracol, preparando el terreno para el golpe final en la Côte du Château Jaune, una rampa de 1,2 kilómetros con un 9,2% de pendiente que definió la carrera.
La Côte du Château Jaune, a veinte kilómetros de meta, desveló la gran incógnita del día: ¿habría o no un sprint tras más de doscientos kilómetros? La respuesta fue no, y Romeo tuvo mucho que ver con ello.
Van der Poel aviva el fuego desde el inicio
Antes del arranque, Mathieu van der Poel tenía claro que el día no sería sencillo:
“Het wordt wel moeilijk, want als er een sterke kopgroep wegrijdt, hebben zij vandaag ook nog een kans.”
(«Será difícil, porque si se escapa un grupo fuerte, tendrán también su oportunidad»).
El neerlandés puso a prueba a sus rivales con varios ataques, aunque el pelotón no estaba dispuesto a ceder terreno tan pronto y cerró todos sus intentos. En medio de este ritmo frenético, incluso el líder Jonathan Milan se vio obligado a claudicar en las primeras rampas, enfrentándose a una larga jornada.
Bonificaciones al paso y un pelotón sin respiro
En el esprint intermedio de La Chaise-Dieu, Louis Barré se llevó el premio, mientras Tadej Pogacar y Remco Evenepoel arañaron segundos importantes para la general. Pogacar sumó dos segundos más y Evenepoel uno, un pequeño tesoro antes de la batalla final.
Tras ese paso, doce corredores alcanzaron a Barré, formando un potente grupo de trece que incluía a Van der Poel, Axel Laurance, Michael Leonard, Krists Neilands, Florian Lipowitz, Harold Tejada, Julien Bernard, Eddie Dunbar, Anthony Turgis, Iván Romeo, Brieuc Rolland y Andreas Leknessund. Con la bendición de UAE Emirates XRG, la escapada logró una renta de dos minutos.
El pelotón no da tregua, pero tampoco aplasta
Bajo el ritmo impuesto por UAE Emirates y Soudal Quick-Step, la diferencia se mantuvo estable. Entre los fugados, nombres peligrosos para la general como Lipowitz y Tejada impidieron que el pelotón se relajara. Van der Poel, ambicioso, animó a sus compañeros a no ceder y mantener la distancia.
Al llegar a los últimos cuarenta kilómetros, la fuga conservaba un minuto y medio de ventaja. El pelotón no lograba echarles mano, y la Côte du Château Jaune sería el escenario para la gran selección.
Los escaladores tensan la cuerda y Romeo decide
En la subida final, Lipowitz, Bernard, Tejada y Leknessund coronaron con un leve margen, pero Van der Poel no estaba dispuesto a rendirse y cerró el hueco en el descenso. La calma fue breve: Iván Romeo, en un momento de inspiración, lanzó su ataque y nadie pudo seguirlo.
El campeón mundial sub-23 de contrarreloj se benefició de la vigilancia entre los demás favoritos y abrió un hueco de quince segundos que resultó imposible de cerrar.
Una fuga que no se olvidará
Así concluyó la etapa: con Romeo levantando los brazos en solitario en Charantonnay y un pelotón que solo pudo ver cómo se esfumaba su oportunidad de victoria. Van der Poel y compañía, testigos de excepción, vieron cómo el español saboreaba las mieles del éxito tras un día épico en el Dauphiné.
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