
Una caída cambió los planes
La campeona del mundo Lotte Kopecky llegó a la Vuelta a Burgos Femenina con ambiciones claras: probarse de cara al Tour de France Femmes y tantear sus posibilidades en la clasificación general. Sin embargo, sus aspiraciones se vieron complicadas durante la segunda etapa. Una caída en el pelotón, que ella logró esquivar, le impidió mantenerse con el grupo líder.
Christian Kos, director del equipo SD Worx-ProTime, fue contundente tras la jornada:
“Esto fue un mal día. Hasta la caída no había nada de qué preocuparse. Lotte apenas logró evitar el incidente, pero quedó retrasada. Para algunos equipos, eso fue la señal para apretar a fondo. Lo dimos todo persiguiendo, pero con solo cuatro corredoras no puedes contra un pelotón desatado”, explicó al medio Cyclingnews.
Wiebes intentó salvar el día
Ante la desventaja de Kopecky, el equipo volcó sus esperanzas en Lorena Wiebes, quien vestía el maillot de líder gracias a su victoria en la primera etapa. La estrategia era clara: buscar revancha ganando la segunda fracción.
Kos detalló lo ocurrido en el tramo final:
“Ella pasó bien la subida exigente, pero le faltó el impulso final para seguir a Marlen Reusser y Mie Bjørndal Ottestad, quienes atacaron justo en el momento preciso. Lorena ganó con facilidad el sprint del segundo grupo, pero eso no nos sirvió de mucho”.
La vista sigue en el objetivo mayor
Pese al contratiempo, en SD Worx-ProTime no cunde el desánimo. El equipo aún tiene esperanzas de obtener buenos resultados en las dos etapas restantes. Kopecky, por su parte, mantiene la motivación intacta:
“El sábado nos espera una etapa de montaña dura, con el Picón Blanco como colofón. Tengo dudas sobre cómo la asimilaré, pero por eso mismo es una excelente oportunidad para medir mis capacidades en una subida tan exigente”, anticipó la belga antes del inicio de la carrera.
Esa etapa será clave para evaluar su forma en vista del Tour de France Femmes, donde Kopecky quiere disputar el título general. La contrarreloj del domingo también será decisiva para sus sensaciones:
“Pensando en el Tour, este trabajo me viene bien. Daré todo lo que tenga en la crono, y después veremos hasta dónde puedo llegar”, aseguró con determinación.
Conclusión: una prueba, no una sentencia
Lo vivido en Burgos no marca un fracaso para Kopecky, sino una advertencia sobre la imprevisibilidad del ciclismo. Con mentalidad fuerte y aún dos jornadas por delante, la campeona del mundo sigue afinando su forma con el gran objetivo en mente: brillar en el Tour.
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