
Un año más sobre la bici antes del adiós
El veterano ciclista neerlandés Steven Kruijswijk, actualmente con casi 38 años, ha decidido extender su vínculo con el equipo Visma | Lease a Bike por una temporada más. Aunque en principio se pensaba que 2025 marcaría su despedida definitiva del pelotón profesional, tanto el corredor como el equipo han concluido que aún puede aportar mucho a la escuadra. Fuentes cercanas a WielerFlits aseguran que 2026 será su última temporada como ciclista profesional.
Kruijswijk, oriundo de Noord-Brabant, sumará entonces 20 temporadas con la formación neerlandesa. A lo largo de su carrera, ha sido considerado un símbolo de la cultura del equipo dirigido por Richard Plugge.
De promesa silenciosa a pieza clave
La historia de Kruijswijk en el ciclismo comenzó en 2005, destacándose en competencias juveniles en las Ardenas flamencas. Tras un sobresaliente desempeño en el Campeonato Nacional Sub-23 de 2006, fue llamado a integrarse al equipo de desarrollo de Rabobank. En un entorno plagado de nombres prometedores como Lars Boom y Bauke Mollema, no fue de los más destacados inicialmente. Sin embargo, su constancia y disciplina le fueron dando espacio.
Fue en 2009 cuando su nombre comenzó a sonar con fuerza: se coronó campeón nacional en la categoría promesa en ruta y fue convocado de último momento para reemplazar a Óscar Freire en el Giro de Italia. En esa carrera encontró su mayor fortaleza: la montaña. No solo resistió el desgaste, sino que fue protagonista en varias etapas de alta dificultad, culminando su participación como 18° en la general. “¿Nacido para las grandes vueltas? Puede que sí. En mi primer año profesional hacer esto en el Giro, es un sueño”, expresó en ese entonces.
Un corredor de grandes vueltas
Desde entonces, Kruijswijk centró su carrera en las grandes vueltas. En 2011, terminó octavo en el Giro, y un año después logró su única victoria de etapa en línea al conquistar una jornada en la Vuelta a Suiza, donde finalizó tercero en la general. Repitió ese podio en 2017 y obtuvo otros resultados destacados como el quinto lugar en la Vuelta a Cataluña de 2019.
Sin embargo, su momento más memorable —y a la vez más doloroso— llegó en el Giro de 2016. Luciendo la ‘maglia rosa’ y con más de tres minutos de ventaja, sufrió una caída en la bajada del Colle dell’Agnello al chocar con un muro de nieve. A pesar de continuar en carrera con una costilla rota, terminó cuarto. Años más tarde, en 2019, consiguió el podio más importante de su carrera: tercero en el Tour de Francia, gracias a una magnífica última semana.
Últimos años marcados por caídas y entrega
Desde aquel Tour, Kruijswijk ha tomado la salida en siete grandes vueltas, de las cuales no terminó cuatro. Las lesiones y la mala fortuna lo han perseguido, pero eso no le ha impedido seguir cumpliendo una labor crucial como gregario de lujo. Actualmente participa en una nueva edición del Giro, ya sin aspiraciones personales, pero con la clara misión de respaldar a los líderes del equipo.
Con el retiro de Robert Gesink el año pasado, Kruijswijk ha heredado el rol de mentor y ejemplo dentro del equipo. Aporta su motor, su experiencia y una mentalidad de resistencia que lo convierten en un compañero invaluable. Como él mismo ha dicho: “Quiero seguir ayudando a que el talento florezca”.
Un cierre con propósito
A pesar de los tropiezos, Steven Kruijswijk no se ha rendido. Su decisión de continuar hasta 2026 refleja su pasión por el deporte y su compromiso con la nueva generación de ciclistas. Su trayectoria no solo se mide en resultados, sino en la huella que deja como referente dentro y fuera de la carretera. Y ese, sin duda, será su legado más duradero.
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